Tara, la perrita que sanó gracias a las abejas nativas sin aguijón – BEECHEII

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Tara, la perrita que sanó gracias a las abejas nativas sin aguijón

La historia de Tara es muy interesante, porque sin estarla buscando, la encontramos en el momento preciso. Todo comienza con un primer rescate que hicimos a una perrita que estaba en la carretera. Esta perrita la encontramos cerca de una base de policía. Ellos nos dijeron que si la habían visto un par de veces y que por lo que sabían, la fueron a dejar ahí.

La trajimos al meliponario, le dimos agua y de comer y  en el jardín trasero le hicimos una cama provisional. Al día siguiente cuando fuimos a ver la perrita, ella ya no estaba. La buscamos por todo el meliponario, pero nunca dimos con ella. Después, nos enteramos, gracias a la vecina, que la perrita había brincado nuestra barda. En ese momento comenzamos la búsqueda, primero fuimos hacía la carretera, recorrimos un tramo largo, y después pensamos que era mucha la distancia para que la perrita hubiera regresado hasta el punto donde la recogimos. Así que regresamos y comenzamos a buscar en el pueblo de Chicxulub. Sabíamos que ir en el coche era muy poco practico, así que fuimos en bicicleta, para poder agilizarnos.

Buscamos por varias calles. Vimos muchos perritos, unos en buen estado, grandes y se notaba que tenían una familia, otros que se veían mal, hambrientos, lastimados o enfermos, y muchos se parecían a la perrita pero sabíamos que ninguno era la que estábamos buscando. 

Y de pronto, justo frente a nosotros, vimos a tara.

 

 

Fueron un cúmulo de sensaciones, pero prevaleció la compasión. No podíamos abandonarla. En ese momento fuimos a buscar una caja grande y el coche para poder llevarla con un veterinario.

Agarrarla no fue tarea fácil. Para empezar, cuando volvimos al lugar donde la habíamos encontrado, ella ya no estaba. Preguntamos a algunas personas que pasaban por ahí y nos dijeron que la habían visto una calle atrás. Fuimos, y ahí estaba, durmiendo.

Cuando nos vio acercándonos, se asusto mucho, pero estaba tan débil que no podía moverse. Con una manta tratamos de agarrarla para meterla en la caja pero el contacto le dolía mucho, teníamos miedo de lastimarla aún más. Afortunadamente un vecino del lugar nos vio, entró a su casa a buscar un poco de jamón y de una la agarro y la metió en la caja. 

No esperamos más y la llevamos directo con la veterinaria. Ahí nos indicaron que tenía quemaduras de tercer grado porque al parecer, le echaron ácido. Hay la creencia de que esto cura la sarna, pero en realidad, la empeora y es muy doloroso para los perritos.

También tenía anemia, problemas oculares, dificultad para caminar y lloraba del dolor, sin embargo, tenía muchas ganas de vivir y nosotros, muchas ganas de ayudarla.

Se sabe que desde tiempos ancestrales la miel de abejas nativas sin aguijón, conocidas como Meliponinos, es excelente para tratar diversas afecciones. Los antiguos mayas consideraron a estas abejas SAGRADAS y su miel era usada para ceremonias y con fines curativos.

Así que decidimos y aprobado por la veterinaria, curar a Tara con miel de abeja Melipona beecheii.

Poco a poco le empezó a crecer su pelaje dorado como la miel. Aunque parecía que por fuera estaba muy bien porque su piel se recuperó rapidísimo, tenía secuelas de haber comido basura durante toda su vida, lo que le derivó a problemas hormonales que hemos ido manejando.

Cada día es más feliz, cada día es más amada, cada día es un aprendizaje y ella nos ha enseñado la paciencia, el amor altruista, la generosidad, la compasión y la gratitud.